El ejercicio de 2020 ha sido, con mucho, el año más extraño para la sociedad española y mundial, y la siderurgia española no ha estado ajena a esa situación.
Para Andrés Barceló, director general de UNESID, “nuestras industrias han tenido que contribuir en la lucha contra la pandemia haciendo de fábricas e instalaciones lugares seguros para el trabajo. Ha habido que adaptarse a las decisiones drásticas que adoptó el Gobierno con la promulgación del estado de alarma y con el cierre total de la economía. Pese a ello, la siderurgia española ha intentado contribuir a la recuperación de la economía, produciendo y sirviendo a los clientes en circunstancias muy difíciles pero manteniendo la seguridad de las personas como una prioridad irrenunciable”.
En referencia al arranque de 2021, Andrés Barceló señala que “el inicio de año se ha visto afectado tanto por los efectos de la tormenta Filomena en España, como por el brusco aumento de los precios energéticos y la continuación de la escalada generalizada de las materias primas en todo el mundo. La industria siderúrgica española confía en que la relajación de las medidas restrictivas, como consecuencia del proceso de vacunación, permita una recuperación de la actividad en todos los sectores consumidores”.
En 2020, la pandemia ha visto caer la actividad de los sectores consumidores de acero. Como resultado, la producción de acero en España fue de solo 11,1 millones de toneladas, con una caída del 18%, la peor evolución desde la crisis financiera de 2008. A lo largo del pasado año hemos visto algunas de las producciones mensuales más bajas de la serie histórica de la siderurgia nacional, comparables a las de 1996, situándose por debajo del millón de toneladas en 8 de los 12 meses del año. Sin embargo, al final del ejercicio se produjo una aceleración llegando a crecer la producción del cuarto trimestre un 36% con respecto al tercero.
El reciclaje de chatarra descendió algo menos que la producción, un 13%. En 2020, la industria siderúrgica española recicló 9,1 millones de toneladas de chatarra para introducirlos en el circuito económico como nuevos productos siderúrgicos.
En 2020, se entregaron al mercado 12,3 millones de toneladas de productos siderúrgicos, lo que representa un descenso del 15,2%. Este resultado ha interrumpido tres años de leves ascensos, siendo la evolución similar tanto en el mercado español como en el europeo y el de países terceros.
La demanda de productos siderúrgicos ha caído un 11,7% en el año, con un perfil parecido al de la producción: fuertes descensos en la parte central del año y una recuperación en el último trimestre del 11,6% con respecto al tercero.
El alcance global de la pandemia ha influido también en las exportaciones, que han caído un 16,2% en 2020, quedando en 8,0 millones de toneladas. Las importaciones, que han supuesto 8,9 millones, han caído algo menos que las exportaciones, el 13,2%. En volumen, hay por tanto un déficit próximo al millón de toneladas. Sin embargo, el mayor valor añadido de las exportaciones con relación a las importaciones hace que económicamente haya un superávit comercial de 516 millones de euros.
Fuente: Metales y Metalurgia.
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